Una SICAV es un vehículo de inversión en el que un grupo de ahorradores pone en común sus recursos financieros para invertirlos conjuntamente. Todos los inversores obtienen la misma rentabilidad, y todos se benefician de una gestión profesionalizada, de la diversificación de las inversiones y de compartir los costes de gestión.
Las SICAV están supervisadas por la CNMV de manera que deben cumplir unos estrictos requisitos legales para garantizar que las inversiones se realizan diversificando el riesgo y según la política de inversión descrita en el folleto. Las SICAV son gestionadas por sociedades gestoras y sus activos, que necesariamente cotizan en mercados organizados, están despositados en entidades financieras. Gracias a la supervisión de la CNMV y a la custodia de los valores de la sociedad por entidades financieras, el inversor está muy protegido.
Los inversores pueden comprar acciones de las SICAV en el Mercado Alternativo Bursátil. Simplemente tienen que dar la orden a su banco de que compren acciones de una SICAV "a valor liquidativo" y el banco comprará dichas acciones. La operación se liquidará a los tres días de la transmisión de la orden.
Otra ventaja de las SICAV es que tienen valor liquidativo diario, esto es, que los inversores pueden recuperar su dinero en cualquier momento.
